"¿Cuál es tu sueño?" Estaba escrito en un papel, de color azul y en mayúsculas, esperando respuesta.Permanecía en la mesa desde que lo encontró ahí. Intacto. Ni siquiera le había dado la vuelta para asegurarse de que no había nada más. Sabía que no. Y aunque también sabía la respuesta no la escribía. Se sentaba en la silla y lo observaba. Era un simple papel, roto y desigual. De la primera hoja en blanco que él encontrase. Pensaba en sí verdaderamente era necesario contestar a la pregunta. Escuchaba música romántica y soñaba despierta. ¿Tan díficil es responder?, se decía a sí misma. Y no lo era. La primera vez que lo leyó tenía tan claro cuál es sueño que se dió la vuelta y le llamó. No mencionó nada respecto a lo que se encontró. No hacia falta. Quedó con él y le besó. Después, sin decir nada más volvió a casa. La pregunta seguía sobre la mesa. A él no le sorprendió su reacción. Ella es así. Durante cinco días estuvo pensando en la respuesta. En cómo decirsela. Le volvio a llamar y quedaron de nuevo. Ella se le acercó y se lo susurró y él, sonriendo, sin pensarselo, se apartó un poco la manga de la chaqueta y le enseñó la muñeca. En ella tenía escrito: "Mi sueño también eres tú".
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