jueves, 14 de julio de 2011

La montaña

Una noche de verano tumbada al raso viendo el cielo despejado y completamente plagado de estrellas me quedé durmiendo y comencé a soñar me encontraba en una pradera llena de flores era un paisaje precioso pero al levantar la mirada encontré una gran montaña muy alta, estaba muy decidida debía escalarla costa lo que costara, me dispuse a subir pero por mas que lo intentaba siempre resbalaba, de tanto que lo intenté tenia las rodillas completamente raspadas y sangrando al igual que los brazos. La ultima vez en intentarlo al levantar la mano para agarrarme un poco más arriba encontré una mano a la que me agarré con todas mis fuerzas, gracias a esa mano logré llegar a la cumbre de la montaña pero no sabia de quien era esa mano cuando llegué arriba una voz me dijo:
“Esta mano es de la persona que tarde o temprano entrará en tu vida y será la que no te deje caer nunca jamas porque ninguno de los los os soltareis, porque si es así los dos caeréis...”

Esa voz se fue difuminando en el aire. Desperté del sueño sobresaltada pero con una extraña sensación de seguridad. No se porqué pero todas las personas que hasta ahora me han dado la mano me han soltado y cada vez las heridas son mayores espero que la mano segura llegue pronto y no me suelte nunca.   

lunes, 4 de julio de 2011

Sueños...


Sentada al atardecer, a orillas de un mar en calma, un lugar en el que poder recordar millones de cosas… Con lápiz y papel en mano comencé a dibujar esta puesta de sol tan bonita y romántica que la naturaleza nos regalaba, pero al acabar el dibujo sin darme cuenta e inconscientemente dibujé una pareja de jóvenes enamorados disfrutando del momento. Al ver esto, lo primero que pensé es que me encantaría vivir un momento así, por eso lo dibujé inconscientemente, pero debe de ser que el amor no esté hecho para mí ya que en el único lugar en que puedo vivir ese momento es en sueños porque nunca se hará realidad… Finalmente, al analizar el dibujo con detenimiento di la vuelta al papel y escribí una frase que me salió del corazón, y decía así:


“Si has construido un castillo en el aire, no has perdido el tiempo, es allí donde debería estar. Ahora debes construir los cimientos debajo de él”